Biografia de Emiliano Zuleta Baquero

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Emiliano Zuleta Baquero

Fuente: Revista Festival de la Leyenda Vallenata | Visitas: 25536

Emiliano Zuleta Baquero

Nacio en La Jagua del Pilar (Guajira) el 11 de enero de 1912. Hijo de Criscóbal Zuleta de Sara María Baquero, personaje central de muchas obras del cancionero vallenato. Su niñez transcurre en El Plan, la sierra montaña. Su carrera musical se inicia a la edad de los 16 años, cuando le sustrajo el primer acordeón a su tio, hecho que lo molestó mucho, sin embargo de esta travesura nació su primer son. Todos sabemos que es el árbol ruerte que sostiene a la dinastía de los Hermanos Zuleta”.

En 1938 da a la publicidad su obra magistral “La gota friá’, que nace de una controversia musical con Lorenzo Morales “Moralito”. Observemos cual es la verdadera historia de “La gota fría contada por su personaje principal: ‘Resulta que yo en las parrandas desde que me inicié era muy voluntarioso, porque a mí me gustaba mucho el traguito y la única forma de ganármelo, era tocando o haciendo cualquier cosa que diera mérito. Así, aprendí a tocar, guacharaca, caja, bombo y redoblante. Pero después, de brinco en brinco, yo fui haciendo mis pinitos para tocar el acordeón y cada vez que me tropezaba con un acordeón yo le sacaba mis notas con mucho fundamerto. Esto hizo que un grupo de amigos del Plan hicieran una colecta para juntar la plata y compráme mi primer acordeón. Me dieron once ( 11 ) pesos y me mandaron con dos amigos a Valledupar para que comprara un ‘acordeón tornillo é máquina” que había llegao a la tienda de Jacobo Luqué. Como la carretera era mala nos tocó salir por la Jagua y atravesar por la región de las Raices, Martín Ramo, Guacochito y Guacoche.

Resulta que pasando por Guacoche, sentimos una parranda; le dije a los compañeros, vamos a arrimar a esta parranda que me ha llamao la atención. Y llegamos allá. Estaba tocando Lorenzo Morales, en un acordeón ‘Tornillo é máquiná’... Nuevecita el acordeón... yo me paré ahí, con los compañeros de travesía, pero como nadie me conocía, me entró una inconformidád. Claro que yo me venía tomando unos traguitos y estaba que me tocaba, pero me daba pena, repito, porque no conocía a nadie y no quena ser un fantasioso de presentarme yo mismo. De tal manera que no me quedó otro remedio que acercarme a uno de los dueños de la parranda y le dije: “Oiga, yo también toco mis cositas en el acordeón y me gustaria tocá el acordeón que está cocando ese músico. Cómo llaman ese músico? El me dijo, llaman Lorenzo Morales’. “Entonces el amigo ocasional volvió y me dijo, usted sabe tocá, yo le respondí: No, estoy aprendiendo, pero que vá. yo en mi interior después de oírlo tocar a él (a Morales) yo me decía, en este acordeón nuevo, yo tengo que tocá más que este hombre. Y se cumplieron mis deseos, conseguí que ese señor me prestara el acordeón de Lorenzo Morales y comencé a tocá. Recuerdo que toqué dos piezas. Eso si, bien tocadas. Ah... le eché uno que otro verso a Moralito. De pronto callé el instrumento. Ahora viene lo bueno. Antes se usaba que el primer trago se servía para el acordeonero, el segundo para el cajero y el tercero para el guacharaquero. Cuando yo cerré el acordeón; se creía que ese trago era para mi compadre Lorenzo Morales por ser el dueño del acordeón y resulta que me lo dieron fue a mí. Eso llenó de celos a Morales y ahí nació la contienda de unos versos contra otro. Esa piquería se inició en el 38. Duró unos nueve años y creo que hicimos unas 40 canciones cada uno. Lo que pasa es que en ese entonces no había tanta emisora y los cantos a veces se olvidaban”.

Títulos de la extensa obra del “Viejo Mile’: La gota fría, Carmen Díaz, El zorro, El robo, La pimientica, Con la misma fuerza, El indio Manuel Maríá, El regreso de Carmen, Mis hijos, El piñal, La enfermedad de Emiliano. Villanueva, Las enfermeras. “Mis pocos días”, “Doce palabras”. “La Pule”.

Quien desee conocer sobre música vallenata, tendrá que dedicarse a auscultar quienes fueron sus juglares y debe conocer a fondo al 'viejo' Emiliano Zuleta Baquero.

Quien no ha escuchado sus versos, desconoce la poética rancia del vallenato. Todavía hay 'Zuleta Baquero' para rato, y nuestro folclor se complace en tenerlo hoy y siempre.

Nunca olvidaré la afirmación que Gabriel García Márquez hizo de la 'Gota fria': 'Para mi gusto es una canción perfecta, y por lo tanto, un punto de referencia que no pueden perder de vista los creadores de hoy'. Más que una composición para tener presente, es un punto de partida, para decir, que hoy en día no se compone con ese talento y esa creatividad, de la cual carecen casi un 80 por ciento de los compositores modernos.

Este tema musical fue reconocido por (ASCAP) la Sociedad Americana de Compositores y Editores de Estados Unidos, por alcanzar el primer lugar entre los artistas latinos. Zuleta es el único compositor de música vallenata que ha logrado esta distinción: lo curioso es que SAYCO, ni los medios de comunicación hicieron circular esta información. A pesar de todos estos logros, 'El Viejo Mile' sigue siendo ese hombre de extracción popular, humilde, al que no se le olvida los caminos de El Plan y Manaure.

Este Juglar de baja estatura, manos fuertes y callosas, tiene decenas de hermosas composiciones entre las que podemos destacar : 'El Indio Manuel María', 'Carmen Díaz', 'El Regreso de Carmen', 'Con la misma fuerza', 'La Pimientica', 'Las Enfermeras', 'Mis Hijos', 'La Enfermedad de Villanueva', 'Villanueva'.

Cada una de ellas es un acto de la vida, que recoge la cotidianidad y le coloca música; por eso sus cantos no tienen la exageración de las figuras literarias: sólo le canta a lo que ve, siente y escucha. Si uno se detiene un un estudio profundo de su obra, la sola dedicación a Carmen Díaz, da para hablar desde lo humano hasta el 'aguante machista'.

Sobre él se han tejido muchas anécdotas, producto de la imaginación popular, como hay otras que son reales. Quisiera recordar por ejemplo, cuando tenía 15 años, le robó el acordeón a su tío Francisco Salas, quien lo dejara olvidado en su casa una noche. Zuleta recuerda que el instrumento tenía 'fuelle gris y bordes verdecitos', como también afirma que los acordeoneros de la época 'eran egoístas'. Este hecho le permitió componerle unos versos al pariente, ya que el acordeón nunca regresó a las manos del dueño:

'Le vivo rogando a Dios
Que me perdone mi tío
Por culpa de un acordeón
Que me llevé escondío'.

Versos que surgieron como necesidad, para saldar una deuda que tenía pendiente. Creo que desde ese momento fue el inicio de su consagración como compositor, por todos esos rincones, desde la Guajira hasta los confines del mundo.

Otro hecho bien singular es el que recuerdan todos los conocedores de esta música, acaecido en el Primer Festival de la Leyenda Vallenata, cuando le daban como Rey, se dice que perdió con 'Alejo' Durán por estar demasiado entonado con Ron Caña. La otra versión, u poco tendenciosa, es la que cuentan, que como Rafael Escalona era jurado, este no quizo que Zuleta ganara la primera versión y ni siquiera lo dejaron entre los tres primeros. Habría que escuchar al resto del jurado, a ver que opinan sobre este sonado suceso, acaecido en la tierra de Francisco el Hombre, que además todavía sigue generando polémica y discusiones entre sus seguidores.

Nació el 11 de enero de 1912 en la Jagua del Pilar (Guajira), hijo de Cristóbal Zuleta y Sara María Baquero. Sus inicios en la música vallenata, se dieron en el toque de la caja y la guacharaca, acompañado de 'Chucho' Baquero. Algunos pontífices dicen que su obra cumbre es 'La Gota Fría', tema compuesto por el año de 1938. Particularmente, creo que 'Carmen Díaz' y 'La Pimientica' son tan importantes com ésta. Lo que pasa es que han querido desconocer otras creaciones, no sólo los mismos entendidos, sino la radio, la prensa, la televisión, que para estos casos no investiga, ni se asesora para cumplir un verdadero papel comunicativo con el folclor vallenato.

Solo nos resta decir: Ojalá nos quede mucho juglar para rato, así, el corazón quiera dictar otras órdenes y no entienda las razones de la vida, como tampoco el sentido de quedarse jugando la pimientica y perder diez pesos... por eso a quien pregunte: Cómo está el Viejo Emiliano?, siempre le responderemos: ¡Como nunca!

Biografia de Emiliano Zuleta Baquero

Fuente: Revista Festival de la Leyenda Vallenata | Visitas: 25536

Emiliano Zuleta Baquero

Nacio en La Jagua del Pilar (Guajira) el 11 de enero de 1912. Hijo de Criscóbal Zuleta de Sara María Baquero, personaje central de muchas obras del cancionero vallenato. Su niñez transcurre en El Plan, la sierra montaña. Su carrera musical se inicia a la edad de los 16 años, cuando le sustrajo el primer acordeón a su tio, hecho que lo molestó mucho, sin embargo de esta travesura nació su primer son. Todos sabemos que es el árbol ruerte que sostiene a la dinastía de los Hermanos Zuleta”.

En 1938 da a la publicidad su obra magistral “La gota friá’, que nace de una controversia musical con Lorenzo Morales “Moralito”. Observemos cual es la verdadera historia de “La gota fría contada por su personaje principal: ‘Resulta que yo en las parrandas desde que me inicié era muy voluntarioso, porque a mí me gustaba mucho el traguito y la única forma de ganármelo, era tocando o haciendo cualquier cosa que diera mérito. Así, aprendí a tocar, guacharaca, caja, bombo y redoblante. Pero después, de brinco en brinco, yo fui haciendo mis pinitos para tocar el acordeón y cada vez que me tropezaba con un acordeón yo le sacaba mis notas con mucho fundamerto. Esto hizo que un grupo de amigos del Plan hicieran una colecta para juntar la plata y compráme mi primer acordeón. Me dieron once ( 11 ) pesos y me mandaron con dos amigos a Valledupar para que comprara un ‘acordeón tornillo é máquina” que había llegao a la tienda de Jacobo Luqué. Como la carretera era mala nos tocó salir por la Jagua y atravesar por la región de las Raices, Martín Ramo, Guacochito y Guacoche.

Resulta que pasando por Guacoche, sentimos una parranda; le dije a los compañeros, vamos a arrimar a esta parranda que me ha llamao la atención. Y llegamos allá. Estaba tocando Lorenzo Morales, en un acordeón ‘Tornillo é máquiná’... Nuevecita el acordeón... yo me paré ahí, con los compañeros de travesía, pero como nadie me conocía, me entró una inconformidád. Claro que yo me venía tomando unos traguitos y estaba que me tocaba, pero me daba pena, repito, porque no conocía a nadie y no quena ser un fantasioso de presentarme yo mismo. De tal manera que no me quedó otro remedio que acercarme a uno de los dueños de la parranda y le dije: “Oiga, yo también toco mis cositas en el acordeón y me gustaria tocá el acordeón que está cocando ese músico. Cómo llaman ese músico? El me dijo, llaman Lorenzo Morales’. “Entonces el amigo ocasional volvió y me dijo, usted sabe tocá, yo le respondí: No, estoy aprendiendo, pero que vá. yo en mi interior después de oírlo tocar a él (a Morales) yo me decía, en este acordeón nuevo, yo tengo que tocá más que este hombre. Y se cumplieron mis deseos, conseguí que ese señor me prestara el acordeón de Lorenzo Morales y comencé a tocá. Recuerdo que toqué dos piezas. Eso si, bien tocadas. Ah... le eché uno que otro verso a Moralito. De pronto callé el instrumento. Ahora viene lo bueno. Antes se usaba que el primer trago se servía para el acordeonero, el segundo para el cajero y el tercero para el guacharaquero. Cuando yo cerré el acordeón; se creía que ese trago era para mi compadre Lorenzo Morales por ser el dueño del acordeón y resulta que me lo dieron fue a mí. Eso llenó de celos a Morales y ahí nació la contienda de unos versos contra otro. Esa piquería se inició en el 38. Duró unos nueve años y creo que hicimos unas 40 canciones cada uno. Lo que pasa es que en ese entonces no había tanta emisora y los cantos a veces se olvidaban”.

Títulos de la extensa obra del “Viejo Mile’: La gota fría, Carmen Díaz, El zorro, El robo, La pimientica, Con la misma fuerza, El indio Manuel Maríá, El regreso de Carmen, Mis hijos, El piñal, La enfermedad de Emiliano. Villanueva, Las enfermeras. “Mis pocos días”, “Doce palabras”. “La Pule”.

Quien desee conocer sobre música vallenata, tendrá que dedicarse a auscultar quienes fueron sus juglares y debe conocer a fondo al 'viejo' Emiliano Zuleta Baquero.

Quien no ha escuchado sus versos, desconoce la poética rancia del vallenato. Todavía hay 'Zuleta Baquero' para rato, y nuestro folclor se complace en tenerlo hoy y siempre.

Nunca olvidaré la afirmación que Gabriel García Márquez hizo de la 'Gota fria': 'Para mi gusto es una canción perfecta, y por lo tanto, un punto de referencia que no pueden perder de vista los creadores de hoy'. Más que una composición para tener presente, es un punto de partida, para decir, que hoy en día no se compone con ese talento y esa creatividad, de la cual carecen casi un 80 por ciento de los compositores modernos.

Este tema musical fue reconocido por (ASCAP) la Sociedad Americana de Compositores y Editores de Estados Unidos, por alcanzar el primer lugar entre los artistas latinos. Zuleta es el único compositor de música vallenata que ha logrado esta distinción: lo curioso es que SAYCO, ni los medios de comunicación hicieron circular esta información. A pesar de todos estos logros, 'El Viejo Mile' sigue siendo ese hombre de extracción popular, humilde, al que no se le olvida los caminos de El Plan y Manaure.

Este Juglar de baja estatura, manos fuertes y callosas, tiene decenas de hermosas composiciones entre las que podemos destacar : 'El Indio Manuel María', 'Carmen Díaz', 'El Regreso de Carmen', 'Con la misma fuerza', 'La Pimientica', 'Las Enfermeras', 'Mis Hijos', 'La Enfermedad de Villanueva', 'Villanueva'.

Cada una de ellas es un acto de la vida, que recoge la cotidianidad y le coloca música; por eso sus cantos no tienen la exageración de las figuras literarias: sólo le canta a lo que ve, siente y escucha. Si uno se detiene un un estudio profundo de su obra, la sola dedicación a Carmen Díaz, da para hablar desde lo humano hasta el 'aguante machista'.

Sobre él se han tejido muchas anécdotas, producto de la imaginación popular, como hay otras que son reales. Quisiera recordar por ejemplo, cuando tenía 15 años, le robó el acordeón a su tío Francisco Salas, quien lo dejara olvidado en su casa una noche. Zuleta recuerda que el instrumento tenía 'fuelle gris y bordes verdecitos', como también afirma que los acordeoneros de la época 'eran egoístas'. Este hecho le permitió componerle unos versos al pariente, ya que el acordeón nunca regresó a las manos del dueño:

'Le vivo rogando a Dios
Que me perdone mi tío
Por culpa de un acordeón
Que me llevé escondío'.

Versos que surgieron como necesidad, para saldar una deuda que tenía pendiente. Creo que desde ese momento fue el inicio de su consagración como compositor, por todos esos rincones, desde la Guajira hasta los confines del mundo.

Otro hecho bien singular es el que recuerdan todos los conocedores de esta música, acaecido en el Primer Festival de la Leyenda Vallenata, cuando le daban como Rey, se dice que perdió con 'Alejo' Durán por estar demasiado entonado con Ron Caña. La otra versión, u poco tendenciosa, es la que cuentan, que como Rafael Escalona era jurado, este no quizo que Zuleta ganara la primera versión y ni siquiera lo dejaron entre los tres primeros. Habría que escuchar al resto del jurado, a ver que opinan sobre este sonado suceso, acaecido en la tierra de Francisco el Hombre, que además todavía sigue generando polémica y discusiones entre sus seguidores.

Nació el 11 de enero de 1912 en la Jagua del Pilar (Guajira), hijo de Cristóbal Zuleta y Sara María Baquero. Sus inicios en la música vallenata, se dieron en el toque de la caja y la guacharaca, acompañado de 'Chucho' Baquero. Algunos pontífices dicen que su obra cumbre es 'La Gota Fría', tema compuesto por el año de 1938. Particularmente, creo que 'Carmen Díaz' y 'La Pimientica' son tan importantes com ésta. Lo que pasa es que han querido desconocer otras creaciones, no sólo los mismos entendidos, sino la radio, la prensa, la televisión, que para estos casos no investiga, ni se asesora para cumplir un verdadero papel comunicativo con el folclor vallenato.

Solo nos resta decir: Ojalá nos quede mucho juglar para rato, así, el corazón quiera dictar otras órdenes y no entienda las razones de la vida, como tampoco el sentido de quedarse jugando la pimientica y perder diez pesos... por eso a quien pregunte: Cómo está el Viejo Emiliano?, siempre le responderemos: ¡Como nunca!

Biografia

Emiliano Zuleta Baquero

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Emiliano Zuleta Baquero

Nacio en La Jagua del Pilar (Guajira) el 11 de enero de 1912. Hijo de Criscóbal Zuleta de Sara María Baquero, personaje central de muchas obras del cancionero vallenato. Su niñez transcurre en El Plan, la sierra montaña. Su carrera musical se inicia a la edad de los 16 años, cuando le sustrajo el primer acordeón a su tio, hecho que lo molestó mucho, sin embargo de esta travesura nació su primer son. Todos sabemos que es el árbol ruerte que sostiene a la dinastía de los Hermanos Zuleta”.

En 1938 da a la publicidad su obra magistral “La gota friá’, que nace de una controversia musical con Lorenzo Morales “Moralito”. Observemos cual es la verdadera historia de “La gota fría contada por su personaje principal: ‘Resulta que yo en las parrandas desde que me inicié era muy voluntarioso, porque a mí me gustaba mucho el traguito y la única forma de ganármelo, era tocando o haciendo cualquier cosa que diera mérito. Así, aprendí a tocar, guacharaca, caja, bombo y redoblante. Pero después, de brinco en brinco, yo fui haciendo mis pinitos para tocar el acordeón y cada vez que me tropezaba con un acordeón yo le sacaba mis notas con mucho fundamerto. Esto hizo que un grupo de amigos del Plan hicieran una colecta para juntar la plata y compráme mi primer acordeón. Me dieron once ( 11 ) pesos y me mandaron con dos amigos a Valledupar para que comprara un ‘acordeón tornillo é máquina” que había llegao a la tienda de Jacobo Luqué. Como la carretera era mala nos tocó salir por la Jagua y atravesar por la región de las Raices, Martín Ramo, Guacochito y Guacoche.

Resulta que pasando por Guacoche, sentimos una parranda; le dije a los compañeros, vamos a arrimar a esta parranda que me ha llamao la atención. Y llegamos allá. Estaba tocando Lorenzo Morales, en un acordeón ‘Tornillo é máquiná’... Nuevecita el acordeón... yo me paré ahí, con los compañeros de travesía, pero como nadie me conocía, me entró una inconformidád. Claro que yo me venía tomando unos traguitos y estaba que me tocaba, pero me daba pena, repito, porque no conocía a nadie y no quena ser un fantasioso de presentarme yo mismo. De tal manera que no me quedó otro remedio que acercarme a uno de los dueños de la parranda y le dije: “Oiga, yo también toco mis cositas en el acordeón y me gustaria tocá el acordeón que está cocando ese músico. Cómo llaman ese músico? El me dijo, llaman Lorenzo Morales’. “Entonces el amigo ocasional volvió y me dijo, usted sabe tocá, yo le respondí: No, estoy aprendiendo, pero que vá. yo en mi interior después de oírlo tocar a él (a Morales) yo me decía, en este acordeón nuevo, yo tengo que tocá más que este hombre. Y se cumplieron mis deseos, conseguí que ese señor me prestara el acordeón de Lorenzo Morales y comencé a tocá. Recuerdo que toqué dos piezas. Eso si, bien tocadas. Ah... le eché uno que otro verso a Moralito. De pronto callé el instrumento. Ahora viene lo bueno. Antes se usaba que el primer trago se servía para el acordeonero, el segundo para el cajero y el tercero para el guacharaquero. Cuando yo cerré el acordeón; se creía que ese trago era para mi compadre Lorenzo Morales por ser el dueño del acordeón y resulta que me lo dieron fue a mí. Eso llenó de celos a Morales y ahí nació la contienda de unos versos contra otro. Esa piquería se inició en el 38. Duró unos nueve años y creo que hicimos unas 40 canciones cada uno. Lo que pasa es que en ese entonces no había tanta emisora y los cantos a veces se olvidaban”.

Títulos de la extensa obra del “Viejo Mile’: La gota fría, Carmen Díaz, El zorro, El robo, La pimientica, Con la misma fuerza, El indio Manuel Maríá, El regreso de Carmen, Mis hijos, El piñal, La enfermedad de Emiliano. Villanueva, Las enfermeras. “Mis pocos días”, “Doce palabras”. “La Pule”.

Quien desee conocer sobre música vallenata, tendrá que dedicarse a auscultar quienes fueron sus juglares y debe conocer a fondo al 'viejo' Emiliano Zuleta Baquero.

Quien no ha escuchado sus versos, desconoce la poética rancia del vallenato. Todavía hay 'Zuleta Baquero' para rato, y nuestro folclor se complace en tenerlo hoy y siempre.

Nunca olvidaré la afirmación que Gabriel García Márquez hizo de la 'Gota fria': 'Para mi gusto es una canción perfecta, y por lo tanto, un punto de referencia que no pueden perder de vista los creadores de hoy'. Más que una composición para tener presente, es un punto de partida, para decir, que hoy en día no se compone con ese talento y esa creatividad, de la cual carecen casi un 80 por ciento de los compositores modernos.

Este tema musical fue reconocido por (ASCAP) la Sociedad Americana de Compositores y Editores de Estados Unidos, por alcanzar el primer lugar entre los artistas latinos. Zuleta es el único compositor de música vallenata que ha logrado esta distinción: lo curioso es que SAYCO, ni los medios de comunicación hicieron circular esta información. A pesar de todos estos logros, 'El Viejo Mile' sigue siendo ese hombre de extracción popular, humilde, al que no se le olvida los caminos de El Plan y Manaure.

Este Juglar de baja estatura, manos fuertes y callosas, tiene decenas de hermosas composiciones entre las que podemos destacar : 'El Indio Manuel María', 'Carmen Díaz', 'El Regreso de Carmen', 'Con la misma fuerza', 'La Pimientica', 'Las Enfermeras', 'Mis Hijos', 'La Enfermedad de Villanueva', 'Villanueva'.

Cada una de ellas es un acto de la vida, que recoge la cotidianidad y le coloca música; por eso sus cantos no tienen la exageración de las figuras literarias: sólo le canta a lo que ve, siente y escucha. Si uno se detiene un un estudio profundo de su obra, la sola dedicación a Carmen Díaz, da para hablar desde lo humano hasta el 'aguante machista'.

Sobre él se han tejido muchas anécdotas, producto de la imaginación popular, como hay otras que son reales. Quisiera recordar por ejemplo, cuando tenía 15 años, le robó el acordeón a su tío Francisco Salas, quien lo dejara olvidado en su casa una noche. Zuleta recuerda que el instrumento tenía 'fuelle gris y bordes verdecitos', como también afirma que los acordeoneros de la época 'eran egoístas'. Este hecho le permitió componerle unos versos al pariente, ya que el acordeón nunca regresó a las manos del dueño:

'Le vivo rogando a Dios
Que me perdone mi tío
Por culpa de un acordeón
Que me llevé escondío'.

Versos que surgieron como necesidad, para saldar una deuda que tenía pendiente. Creo que desde ese momento fue el inicio de su consagración como compositor, por todos esos rincones, desde la Guajira hasta los confines del mundo.

Otro hecho bien singular es el que recuerdan todos los conocedores de esta música, acaecido en el Primer Festival de la Leyenda Vallenata, cuando le daban como Rey, se dice que perdió con 'Alejo' Durán por estar demasiado entonado con Ron Caña. La otra versión, u poco tendenciosa, es la que cuentan, que como Rafael Escalona era jurado, este no quizo que Zuleta ganara la primera versión y ni siquiera lo dejaron entre los tres primeros. Habría que escuchar al resto del jurado, a ver que opinan sobre este sonado suceso, acaecido en la tierra de Francisco el Hombre, que además todavía sigue generando polémica y discusiones entre sus seguidores.

Nació el 11 de enero de 1912 en la Jagua del Pilar (Guajira), hijo de Cristóbal Zuleta y Sara María Baquero. Sus inicios en la música vallenata, se dieron en el toque de la caja y la guacharaca, acompañado de 'Chucho' Baquero. Algunos pontífices dicen que su obra cumbre es 'La Gota Fría', tema compuesto por el año de 1938. Particularmente, creo que 'Carmen Díaz' y 'La Pimientica' son tan importantes com ésta. Lo que pasa es que han querido desconocer otras creaciones, no sólo los mismos entendidos, sino la radio, la prensa, la televisión, que para estos casos no investiga, ni se asesora para cumplir un verdadero papel comunicativo con el folclor vallenato.

Solo nos resta decir: Ojalá nos quede mucho juglar para rato, así, el corazón quiera dictar otras órdenes y no entienda las razones de la vida, como tampoco el sentido de quedarse jugando la pimientica y perder diez pesos... por eso a quien pregunte: Cómo está el Viejo Emiliano?, siempre le responderemos: ¡Como nunca!